Hay varias razones para echarle un ojo a Lila Love, una actriz porno de 25 años más caliente que un gata en celo. Dice odiar los trabajos convencionales, pero ama follar por dinero. Estudió biología y economía, pero acabó en el porno porque, claro, ¿quién quiere acudir a la oficina cuando puede ganarse la vida a cuatro patas? Es italoamericana, como algunas de las grandes del porno, y se mudó a Los Ángeles para que la graben en HD en vez de en el sótano de un tío raro. A sus fans los pone tan verracos que juran que le lamerían el culo después de una maratón de gym (y ella, mientras, cobra por sus suscriptores). Es «all natural«, con solo un pequeño tatuaje cerca de la ingle. En definitiva, Lila Love es una muchachita muy morbosa que deja seco y con ganas de más a sus amantes.

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