A los que somos de la cofradía de la mantita, las zapatillas y el desodorante a todas horas nos cuesta abandonar esa fobia tan adolescente a la jodida ducha. Da mucha pereza mojarse, qué queréis que os diga, pero si alguien nos garantizase que cada vez que nos enfrentamos al hiriente chorrazo de agua alguien va a llamar a la puerta corredera del baño y ese alguien resulta ser Romi Rain con ganas de follar como en esta escena para Naughty America, es posible que la higiene del planeta entero diese un brinco estadístico muy serio. Eso sí, la factura del agua también sería pa’ verla.
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