La big black cock («gran polla negra») por antonomasia del porno actual es, sin duda, la del gigantón Dredd, una anaconda que luce aún más monstruosa cuando retoza con actrices porno que apenas miden 1,60 metros, puesto que las dimensiones de la herramienta oscura del susodicho superan de largo al tamaño de los antebrazos de las aguerridas chicas. Pero los contrastes en el porno son una fórmula siempre efectiva en pos de añadir espectacularidad y morbo a las escenas. Así lo entiende Jules Jordan, que juntó en una mismo rodaje a dos chicas menudas como Scarlit Scandal y Kylie Rocket para que el enorme manubrio de Dredd impusiera su voluntad. Esto es, adentrarse en las coñitos incipientes de tan hermosas starlets.
Dredd y su arma de fornicación masiva
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