Mientras todas las productoras han ido evolucionando con los años, algunas más que otras pero todas sujetas a las oscilaciones caprichosas de un mercado cíclico, el porno de Dorcel Club se ha mantenido con una fidelidad de acero y un convencimiento total caracterizándose por los mismos rasgos estéticos: una elegancia clásica autoimpuesta que marca a fuego su identidad europea. La escena de hoy sirve de ejemplo perfecto: Jessie Volt escolta a una amordazada Anna Polina en una limusina conducida por Ian Scott, todo con un halo de lujo y perversión burguesa.
![](https://www.orgasmatrix.com/wp-content/themes/omx-theme/images/avatar.png)
Comentarios