La veterana Simone Sonay vuelve a Kink por primera vez en lo que va de año, y concretamente al piso más alto de la armería de San Francisco, donde sus servicios han sido requeridos por el maestro (en su acepción más sadomasoquista: el maestro es la contrapartida masculina de la dominatrix) Ramón Nomar. Esta vez hay una tercera persona que necesita que la metan en vereda y esa es la fresca y joven Chloe Couture, que con unos nudos bien calculados y unas cuantas embestidas concentradas en su ano todavía per periodo de formación profesional, va a aprender lo que es la verdadera disciplina.

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