Solo habíamos hablado una vez de esta turbonegraza de cuerpo trabajado y tetas de goma, y al parecer tuvo mejor aceptación de lo que esperaba. Y es que la variedad en el gusto no está reñida consigo misma y a uno le pueden gustar las jovencitas naturales de piel inmaculada y también las zorras de órdago con 23 años en cada pata y una actitud de cerda descarriada incorregible. Diamond Jackson está claro a qué grupo pertenece, y aunque esos ojos marrón claro le den aires de pantera, no os dejéis engañar: esta tía es un bulldozer humano que cabalga sin mesura y ahora encima ha aprendido a hacer squirting como un jodido aspersor.
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