Su nombre no ha llegado a ser de los más reconocidos y afamados del negocio, puesto que no es precisamente de las actrices que más ruedan, aparte de sus idas y venidas en el circuito profesional, pero la belleza y el físico sublime de Harley Dean son alicientes difíciles de obviar en un oficio donde se rinde culto al cuerpo y a la lujuria. ¿Que habría podido llegar más lejos? Casi nadie lo duda. Pero la belleza de esta negra con herencia afroamericana y cheroqui es mayúscula e inigualable, con la fortuna para el resto de los mortales de haber dejado para la posteridad más de un centenar de escenas equis.
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