A mí con esos mofletitos me dan unas ganas locas de cómermela, pero puedo comprender que a muchos consumidores del más refinado porno no le gusten las facciones de la adorable Dillion Harper. Por dónde no paso es por que alguien desprecie el resto de sus activos: dos resplandecientes y firmes pechos naturales y un culito con las medidas ideales, todo ello coronado por las morbosas marcas de bikini (otro punto de ruptura entre opiniones) son su tarjeta de presentación más efectiva. Y así le llegó el turno hace unos meses a su inmaculado ojete cuando Mofos le propuso una sesión anal que fue, como suelen ser los estrenos anales de verdad, muy doloroso.

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