Creo que estaremos todos bastante de acuerdo en que el polvo con el que Manuel Ferrara le dio la alternativa heterosexual a la experta en lésbicos Dani Daniels rayaba a gran altura. Así que los astutos caballeretes de Reality Kings deben de haber pensado muy acertadamente que lo que funciona buen es mejor no tocarlo mucho. Dicho y hecho: dos llamaditas después volvemos a tener en el mismo rincón del espacio-tiempo a los protagonistas de aquel particular festín de sudores, gemidos y bombeos. ¿Serán capaces de repetir la hazaña esta vez sin el entusiasmo de la novedad? Yo solo digo una cosa: en términos pornográficos, Ferrara lo hace todo bien. Siempre. Juzgadlo vosotros.

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