Su rostro y su figura quizá estén un poco lejos de los cánones de belleza actuales (eso sí, tiene unos ojos preciosos), pero precisamente sus aires cotidianos y accesibles, en comparación con otras compañeras de oficio más exuberantes, hacen que Dana Wolf alimente el morbo de los aficionados. Así que esta espigada joven de 21 años procedente de Chicago sigue ampliando su bagaje profesional sin levantar mucho revuelo desde que debutara el año pasado, pero demostrando que con la suficiente actitud y arrojo una chica de corte «normal», a la cual podríamos encontrar de cajera en un supermercado, puede hacerse con un hueco en esta profesión.
Dana Wolf ejerciendo de zorra
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