Estaba claro que Natalia Starr no entraba en ese grupo de riesgo, el de las pornstars que realizan por primera vez una escena con sexo anal y luego vuelven a guardarse ese as en la manda de donde salió, privándonos de una continuidad y una curva de aprendizaje que todo culo necesita para dar el mejor porno posible. La polaca viene de la escuela europea aunque sus mejores trabajos se hayan rodado en Norteamérica, y el día en que decidió abrir su compuerta trasera sabíamos que iba a ser a perpetuidad: su culo seguirá dándonos alegrías al menos hasta que se retire. Hoy volvemos a él gracias Evil Angel y la película Mick’s Anal Pantyhoes #3.
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