Reena Sky llama a la puerta de un desconocido y le abre la puerta un tío con una Biblia en la mano. Ella le dice que tiene visiones, que es vidente y adivina su nombre, Codey, para luego pedirle que le deje pasar porque tiene algo importante que decirle. Al sentarse accede a una especie de dimensión astral y le dice que su esposa le está engañando con otra mujer, pero que para recabar más información necesita que él la toque, como si fuese una antena. De ahí pasan a los desnudos, a los besos y a follar tras los diez minutos de conversación más ridícula del año. En Pretty Dirty saben elegir bien a sus profesionales y saben sacarles partido, el tema de los guiones quizá deberían desecharlo.

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