Estas semanas ha salido muchas veces el tema recurrente de las actrices de menos de 30 años a las que les cae el sambenito de la categoría MILF y el debate sucesivo sobre qué es una MILF. Creo que Christine O. es el ejemplo perfecto para ilustrar lo que debería ser una MILF dentro y fuera del porno: tiene 47 años, está buenísima y muestra signos de la edad como arrugas y cierta flaccidez que en realidad aportan atractivo al conjunto. Una mujer todavía lejos de la tercera edad pero bien pasados los treinta y lo cuarenta, que no solo se mantiene bella sino que transmite la sensación de abarcar conocimientos sexuales y vitales fuera del alcance de una veinteañera.

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