Cuando un catador de ojetes experto como el somelier Chris Strokes invita dos veces a una señorita a su antro de perversión y sexo anal, es que algo bueno debe de tener la moza en cuestión. Con Jodi Taylor es fácil dilucidar el enigma: guapísima (pero guapa natural, no guapa supermodelo), muy natural en actitud y cuerpo y, aquí viene lo importante, un culazo de proporciones más que respetables. A juego con sus pálidas nalgas y su curioso antojo en el muslo izquierdo, un ano que con entrenamiento podría tragarse el mundo entero.
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