Con la llegada del primer anal como gran etiqueta de prestigio y reclamo comercial en el porno, da la impresión de que esta práctica se ha revalorizado y es el as en la manga con el que empiezan todas las pornstars y que buscan capitalizar llegado el momento adecuado. Quizá por eso hay más tensión en ciertos momentos de las escenas no-anales en los que el actor coquetea con el agujero privado de la starlet, a veces incluso probando suerte en una levísima incursión que a menudo la pornstar detiene con su lenguaje corporal. Uno que tiene por costumbre usar el cimbrel para masajear el esfínter de sus compañeras de rodaje, a veces incluso metiendo la puntita y a ver qué pasa, es Chris Strokes. Tan habitual es, de hecho, que da para recopilación.
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