Continuamos siguiendo la andadura de Chloe Lamour, una eslovaca a la que nada más verla uno tiene la sensación de que sería totalmente imposible no seguirla. Quizá algunos les suponga un problema el hecho de que su pecho sea evidentemente fruto de la cirugía, pero en su caro hay que tomar perspectiva y ver eso que los americanos llaman «the big picture», porque el valor estético de esta starlet va más allá de su delantera: su cuerpo es el de una auténtica amazonas salida de los tebeos de Robert Crumb, y además es guapísima y tremendamente expresiva. Su más reciente trabajo para Nubile Films Busty busca ser un ejercicio de intimismo y delicadeza, pero Chloe no puede evitar imponer su poderosa figura y convertir el polvo en una especie de monta, algo animal y desatado donde las caricias no tienen sitio.
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