Las apariencias engañan. De una chica tan menudita como la norteamericana Chloe Foster (1 metro 57 centímetros y 43 kilogramos en un cuerpo bien compensado) uno podría suponer que le gusta el sexo delicado y acariciante. Nada más lejos de la realidad. Esta pequeña zorrita se desvive por las trancas grandes y por eso se muestra entusiasmada cuando comprueba que el descomunal Criss Strokes está a punto de empalarla por todos sus orificios con su pollón del tamaño de su antebrazo en esta nueva entrega de la cipotuda serie «Teens Love Huge Cocks».

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