Estaba repasando la filmografía reciente de Britney Amber, una starlet a la que no le hemos prestado excesiva atención en los últimos años a pesar de que su caché ha ido aumentando a medida que rompía la barrera veinteañera y se adentraba en territorio MILF, y me he dado cuenta de una tendencia más que evidente: esta hermosa dama parece que ha ido cobrando un creciente interés por los actores negros a medida que el porno interracial iniciaba su auge más reciente. De hecho parece que ya no rueda un gangbang si no es acompañada de unos fornidos afroamericanos de rabo descomunal, y la prueba más reciente de este gusto adquirido es Blacked Out #8, la cinta de Devil’s Film donde se lo monta con cuatro morenazos y disfruta como nunca.
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