Recuerdo cuando Hard X y sus derivados tenían un criterio muy rígido con el tipo de pornstars que contrataban: a menudo no llevaban tatuajes y casi siempre poseían atributos naturales, llegando incluso a usar pelucas para tapar peinados demasiado rocambolescos. Aquello desapareció para no volver y se abrieron las compuertas para profesionales de todo tipo y pelaje, dándose escenas como esta que acaban de publicar en su brazo sáfico, Lesbian X: un tete a tete entre dos representantes del estereotipo decadente de la pornstar rubia platino con media docena de operaciones estéticas encima. Brandi Bae y Nina Kayy como dos barbies de culo gigantesco dedicándose a probar dildos en una escena que lleva esa vitola tan absurda como es «primer anal lésbico», sobre todo si tenemos en cuenta que ambas damas han grabado ya un bueno montón de anales no-lésbicos.
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