Además de las greatest of all time de la flexibilidad de los esfínteres y las dilataciones hiperbólicas —como por ejemplo Alyssa Gap, Hot Kinky Jo o Roxy Raye—, existe un estrato inmediatamente inferior de starlets semiprofesionales que nunca han pisado un set de rodaje para hacer porno comercial pero que desde la seguridad de sus casas, a través de sus webcams o grabando con sus cámaras, dan rienda suelta a la ampliación de diámetro de sus orificios. Un ejemplo que acabamos de conocer es el de BlondeFreya, una rubia espectacular que se autodefine como «MILF vikinga residente en la vikinga Escandinavia» y viene demostrando en sus vídeos en soledad masturbatoria desde su dormitorio que le sobra presencia, poderío y perímetro vaginal como para llegar hasta donde ella quiera en el porno.
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