Auténtica, segura de si misma y con dos “satélites” delanteros que hacen que el mundo orbite alrededor de ellos y no al contrario. Es como la chica más buenorra de la clase convertida en estrella del porno; casi nada, pajas van y pajas vienen fantaseando con catar sus carnes y perderse por esa grieta intergaláctica que tiene entre las piernas. No nos extraña que su amante de hoy, Dan Damage, le diga: “Qué bien te queda ese vestido. ¡Quitátelo ya!”
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