Dicen los rumores que cuando Xander Corvus entró en la industria del porno hace ya más de una década (sus primeros escarceos fueron en 2007, pero luego lo dejó para volver en 2010 con un contrato en Penthouse) no parecía que fuese a durar mucho: se cuidaba poco, abusaba de las drogas blandas y no se tomaba nada muy en serio, dejándole todo el trabajo a su sonrisa juvenil y su aspecto de malote.
Ahora las cosas han cambiado: en los últimos tres años ha sido nominado a mejor actor porno del año y parece que el jovenzuelo de Ohio ha sentado la cabeza. Y es que trabajando con mujeres como Chloe Amour y Karla Kush no hacen falta más motivaciones.
Comentarios