Ayer aprovechábamos el ofrecimiento mamario de Natasha Vega para acercarnos un poco a esa inquietante línea editorial pseudoincestuosa que el director Paul Woodcrest viene integrando en sus trabajos para Digital Sin, y lo hacíamos con la cinta I Love My Sister’s Big Tits, título bien poco sutil. Hoy volvemos a la misma película para rescatar el segmento que protagoniza una de nuestras musas recientes más queridas, la siempre majestuosa August Ames en un polvo con Van Wylde donde demuestra que a cada nueva escena mejora su progresión y su implicación. Brillante futuro.

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