El actor porno con apariencia reptiliana más suertudo y efusivo de la industria del entretenimiento para adultos, Owen Gray, puso sus garras esta vez en la siempre brillante y ardiente Maddy May, que, como mandan los cánones, se dejó penetrar su receptiva y hermosa retaguardia en dicho encuentro. Como Maddy tampoco anda escasa de tinta en su precioso cuerpo, la estampa de ambos protagonistas retozando con ardor componen una especie de cuadro impresionista y colorista en clave porno, que bien podría exponerse en un museo de arte anal contemporáneo (escena eliminada y sustituida por otro anal con Manuel Ferrara producido por Jules Jordan).
DP interracial (Evil Angel)

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