Recuerdo que hace unos años hablábamos de Ariella Ferrera como de la versión latina de Lisa Ann, una especie de MILF suprema que poseía los mismos rasgos: grandes pechos operados, una belleza natural incuestionable, esa mirada de la experiencia y sobre todo una capacidad para generar morbo a través del dominio de la propia situación. Hoy en día, después de la retirada y el regreso de escasa magnitud de Lisa, es justo afirmar que la colombiana ha superado al referente al menos en cuanto a regularidad. Su cuerpazo de cuarentona no ha parado de ejercer ni un momento, ya sea en productoras de mayor o menor prestigio o en su web oficial, donde ella misma produce sus escenas a su antojo.
Hace no mucho volvimos a verla en Karups en uno de los contextos que más parecen gustarle y que más repite en su filmografía: cuando la escena empieza en una bañera, con Ariella emergiendo de las aguas, da la impresión de que la starlet se rodea de ese halo de poder sexual tan suyo y se convierte en algo muy parecido a una deidad del porno.
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