En la costa caribe colombiana existe la leyenda de que una joven desobediente decidió romper con las tradiciones sacras que prohibían bañarse en ríos durante la semana santa, el resultado; se convirtió en una sirena. La mitad inferior de su cuerpo tomó la forma de un pez y dada su incapacidad de reproducirse murió (imagino que de vieja) dentro de las aguas del río Guatapurí.
Lo que nos acoge en este hermoso post es una colombiana que se hace llamar Antonella La Sirena, una joven y curvada mujer con unas tetas naturales hermosísimas, como pocas latinas a menos que sean operadas, y un culo que dejaría sin aliento a Keanu Reeves. Su cara de mala y su desparpajo de latina incita a mover el bananín.
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