Ya sabéis que en el porno japonés, el JAV, hay un nicho concreto y que recibe bastante atención dedicado exclusivamente a una especie tan escasa como fascinante: las niponas de grandes tetas. Algo que en occidente se asimila como convencional, en el país del sol naciente suele tener una gran repercusión, y aunque en la historia del porno japonés las más famosas tetonas son gente como Hitomi Tanaka, Harumi Nemoto, Anri Okita o Miyabi Isshiki, se suele decir que el precedente más importante y el que mejor combinaba un pecho grande y una belleza universal y luminosa era Anna Ohura, otro nada sorprendente éxito del mestizaje fruto de un padre francés y una madre nipona. Atentos a su trabajo, que se publicó entre 2000 y 2004, porque esto es historia del erotismo asiático.
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