Quienes recen sus plegarias a la diosa australiana Angela White deberían ser considerados politeístas, porque esta estrella de la industria que ya tiene un pie y medio en el estatus de leyenda viva del porno no es diosa en varias cosas; es un montón de diosas. Una de sus especialidades más dignas de recibir adjetivos no terrenales es sin duda lo bien que se le da follar empapada en aceite corporal. No es solo que su cuerpazo curvilíneo y del todo natural reluzca mejor y resalte más gracias al brillo del lubricante, es que su actitud se vuelve aún más libidinosa y juguetona. En Oil Explosion #3 de Elegant Angel hemos vuelto a atestiguarlo con lágrimas en los ojos y humedad en los bajos.
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