Nunca deja uno de sorprenderse con las opiniones que vierten nuestros lectores entre paja y paja. Con aquella orgía de arranque cómico y desarrollo dramático del pasado viernes descurbrí, quizá por no haber estado más atento antes, que Franceska Jaimes es poco menos que una diosa para muchos de vosotros y que su físico y sus interpretaciones le tienen a más de uno el corazón robado. Había olvidado dos datos que justifican esta devoción: uno, que es la esposa de Nacho Vidal, y una mujer que se casa con un espécimen como él debe ser, como mínimo, una ninfómana de mucho cuidado; y dos, y aún más importante, Franceska es colombiana. Todo dicho.
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