En la entrada sobre el segundo episodio de Skinema que publicamos ayer y que, de nuevo, se centraba en la figura de Kimberly Kane, Lupercio dejaba el siguiente comentario: «No se trata de hablar, se trata de follar». Y tenía toda la razón, qué demonios. Si Kimberly ha llegado adonde está no ha sido solamente por saber encadenar tres frases del guión en una sola toma, sino por follar ante la cámara como los ángeles y por poseer uno de los culos más bonitos y menos valorados de la industria. Hoy lo comprobamos en este escenón de hace un par de años, escoltada además por dos maestros como Bobbi Starr y Mike Adriano.
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