Surfeando salvajemente entre metidas y sacadas a lo largo y ancho de Xvideos me topo con una recopilación que, amantes como sois de entrar por los cuartos traseros con o sin llave, podría pareceros interesante. Se trata de un nutrido puñado de escenas en las que podemos observar con meridiana claridad que la primera fase de una desvirgación anal (o, simplemente, de su práctica después de un tiempo sin hacerlo) puede resultar para las mujeres algo más problemática y difícil de soportar de lo que estamos acostumbrados a ver en el porno convencional repleto de enemas, espéculos, dilatadores y esfínteres dados de sí.
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