El pegging es aquella práctica sexual que describe a una mujer penetrando el ano de un hombre con un consolador. El origen del neologismo salió de un concurso propuesto por Dan Savage en una de sus conocidas columnas periodísticas. El verbo “peg” fue elegido entre los lectores con un 43% por delante del famoso “BOB” o de “punt”. Debido a que el término es bastante nuevo, muchas personas utilizan otras expresiones para referirse a la práctica sexual preferida entre los hombres sumisos.
Dicho esto, me gustaría publicar un vídeo de un pegging realizado por Amy Reid (en Orgasmatrix ya conocíamos esta práctica con pornostars gracias a Pinky, la penetradora), pero antes recuperaré un texto de Johnny Laputta que viene como anillo al dedo: “Chicas, meterla en caliente es un lujo a vuestro alcance del que no os podéis privar. Y si las pollas de látex no os satisfacen, no dudéis en aprovechar a fondo el tacto poroso de vuestras manos y pies. Metedle el puño o los deditos de los pies, todo contribuirá a enriquecer y volver más sabroso el caldillo afectuoso de vuestros placeres ocultos”.
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