Hace poco publiqué una entrada en la que hacía alusión a una escena de Blacked Raw ambientada en la hermosa ciudad de Budapest, lo que me hizo acordarme de una húngara con uno de los ojetes más glotones y golosos del porno europeo, además de poseer una nariz aguileña que le confiere un encanto especial. Me refiero, cómo no, a Amirah Adara, una aún joven, pero vieja conocida de esta casa que este año ha vuelto a visitar por enésima vez la productora Legal Porno para saciar el voraz apetito de su increíble trasero.

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