Aquí ya tuvimos una vez a Chloe Camilla, una dulce princesita del BDSM que dejó su impronta en Kink en 2010 y 2011, antes de retirarse. La destacamos por sus aspavientos al experimentar un orgasmo, pero antes de eso hubo otra versión de Chloe a la que es bueno recordar. El porno casero que grababa con su novio Liam y subía a la red terminó originando su carrera en el porno duro, y lo cierto es que en aquellas escenas se mantenía una frescura y una naturalidad que ninguna productora con dinero podrá imitar jamás.
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