Hemos de admitir que la húngara Shona River debería haber tenido más visibilidad en esta casa, pero con el género porno pasa como con el cine convencional; es decir, al igual que las producciones de Hollywood, el circuito porno estadounidense disfruta de una mayor repercusión, y algunos talentos de viejo continente se quedan solapados injustamente. Así es el caso de Shona, una mujer con un atractivo que cautiva, unido a un sobresaliente desempeño cuando se pone manos a la obra en los sets de rodaje.
Incluimos algunas de sus pericias sexuales, entre las que podemos destacar su única aparición en Legal Porno, en la que el bueno de Chris Diamond se la trajina analmente con cierta consideración, hasta que la capacidad receptora de la húngara es la adecuada para poder agasajar por completo en su recto el pedazo de manubrio del sevillano.
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