En algunas sex shops y festivales eróticos nos venden esa suerte de columpios o balancines sexuales como una herramienta definitiva para quienes buscan un toque extra de novedad en su relaciones y para los coleccionistas de estímulos, un aparato que les permite alcanzar ángulos impensables. Pocas veces, eso sí, nos quedamos con una idea clara de si el asunto funciona o no realmente, así que hoy tenemos a la escultural Alexis Adams dispuesta a hacernos una demo de las que uno ve hasta el final.
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