Se ha puesto de moda en nuestros comentarios reírse de los defectos físicos de algunas actrices sin tener en cuenta sus virtudes. Supongo que es una forma legítima de dignificarse a uno mismo: dar por hecho que las pornstars tienen que ser perfectas y comprobando que, en efecto, no lo son. De Alexis Adams es fácil ver el desajuste —la moza tiene una frente que parece el Palau Sant Jordi— pero escenas como la de hoy, donde resaltan su dulzura, su sensualidad y sus tetas sensacionales la reivindican como una opción más que válida.
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