No tenemos ni idea de a qué se debe, pero en el último lustro ha habido una verdadera eclosión del arte erótico en Rusia, particularmente en el ámbito de la fotografía y la realización de vídeo. Aquí hemos contemplado ya la obra de incontables artistas rusos de este movimiento difícil de explicar, y hoy tenemos uno nuevo por incorporar a la colección: Aleksandr Mavrin está más cerca de la moda y la publicidad que al arte, pero posee unas dotes incuestionables para la imaginería erótica y un gusto eligiendo a sus modelos que está fuera de toda discusión.
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