Hoy vamos a hacer un poco de retroporno para acallar aquellas voces que hablan de un mercado americano poco dado a las salvajadas. En 2001, durante el auge del género gonzo que significó la liberación total del acto sexual y la libertad absoluta para hacer cualquier locura sin necesidad de justificarse, la ya por entonces muy conocida Candy Apples se postulaba como una cerda de marca mayor y sentaba cátedra en el noble arte de forzar los orificios de su cuerpo. Solo hace falta ver esta escena suya para Extreme Penetrations #2 donde, en compañía de Rafe y Tony Eveready, la tía se mete todo lo metible, desde estacas hasta un pequeño balón de fútbol americano.

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