Ha ganado, con pleno merecimiento, la que mejor trabaja en todo el gonzo americano. Adriana Chechik no tiene rival cuando se trata de enfrentarse a los desafíos más exigentes que porno sea capaz de inventarse, es una mujer que sobrepasa sus propios límites a base de sacrificio físico, implicación sobrehumana y la flexibilidad privilegiada de unos orificios dispuestos a todo. Además del premio a la actriz porno del año, Chechik se ha llevado otro galardón a la mejor mamada. Y como en su día ya publicamos ese blowbang interracial inabarcable que figura en Adriana Chechik: the Ultimate Slut, hoy traemos aquella escena y el resto del monográfico. No sé si su mejor película, pero sí una de las más salvajes.
Adriana Chechik: oda a la cerda definitiva
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