Bienvenidos a una nueva entrega de esta saga que tiene la imposible misión de aplacar la sed de conocimiento de los fans del porno. Porque todos queremos saber qué ha sido de algunas de nuestras actrices porno favoritas. Hoy nos ocupamos únicamente de chicas que se hicieran populares en el nuevo milenio. Vamos a ver qué ha pasado con Annette Schwartz, Penny Flame, Isabella Soprano, Bianca Pureheart, Nikki Jayne, Michelle B o Lisa Sparxxx entre otras.
Annette Schwartz
Una de las actrices más guarras de la historia, capaz de hacer cualquier cosa. Polos de semen, meadas en los ojos, beber sus enemas… y con unas capacidades feladores increíbles. Comenzó en las películas de GGG para saltar a hacer películas en los EEUU, alternando sus viajes a América con escenas para su página web.
Annette siempre dijo que no haría porno para siempre, que no quería envejecer haciendo porno y que lo suyo no era para siempre. En su último post explicaba su hastío con el tema de trabajar en los EEUU. Aunque mantiene su web activa, no cuenta con escenas nuevas desde hace meses. La razón: se mudó a Milán para vivir con su novio italiano. Su gran hobby ahora es hacer galletas caseras los domingos.
Se me ha partido el corazón escribiendo esto.
Penny Flame
Pennie tuvo una larguísima carrera, con más de 300 escenas, aunque su culito jamás fue perforado por falo alguna. Confiaba más en su capacidad como feladora y así consiguió una buena cantidad de fans.. Se retiró en 2012 y abrió un blog, Becoming Jennie, en el que explicaba como era el proceso de dejar de ser Pennie Flame y convertirse de nuevo en Jenny Ketcham, su verdadera identidad. En su caso, tuvo que dejarlo porque se había convertida en una adicta al sexo y ese entorno le causaba problemas para tratar con su adicción y vivir una vida normal. Vive de vender sus cuadros, acaba de publicar su biografía y prepara un guión para cine. Por lo demás, no se arrepiente de su paso por el porno.
Michelle B
Una inglesa fanática del sexo anal que decidió hacer las américas para disfrutar del sexo duro que le gustaba a ella. Tras protagonizar incontables sodomizaciones y gran cantidad de dobles penetraciones durante la década de los ’00, y con un buen dinero ahorrado, volvió a su país de origen para casarse con su novio de toda la vida. con quien tuvo un hijo.
Recientemente se ha divorciado. Durante su carrera en el porno hizo buenas migas con la gente de Brazzers, quienes le animan a volver al mundillo.
Isabella Soprano
Con sus rasgos mediterráneos consiguió abrirse paso en el porno americano. Trabajaba en el rancho Bunny de Playboy como scort, y decidió hacer porno para subir su caché, llegando a salir en la serie de HBO Cathouse, donde se describía la vida en ese lugar. Durante su estancia en el mundo del porno y el sexo se convirtió en una adicta total a la cocaína, hasta el punto que nadie la llamaba para hacer escenas y la echaron del rancho.
Tras intentar volver con su familia, compró una granja y se dedica a cultivar y vender alientos orgánicos en New Hampshire. Se rumorea que sigue siendo adicta a la heroína.
Bianca Pureheart
De familia ultraconservadora, Bianca acabó en el porno, en parte, como rebelión ante el autoritarismo de su padre. De aspecto menudo, lució durante un tiempo una melena bicolor a lo Mónica Naranjo, y consiguió fans gracias a su carácter sumiso y ganas de chupar buenas pollas. Tras su temporada en el porno, volvió a su ciudada natal en Utah para tratar de arreglar las cosas con su familia.
Tawny Roberts
Roberts nunca pretendió se actriz porno. Fue Jill Kelly, cuando comenzaba a montar su productora, la que le ofreció un día meterse en el mundillo. La chica, tentada por el dinero, accedió, comenzando con sexo más convencional para pasar al anal y los faciales. Tras unos añitos, se casó con su novió, se mudo a Nueva York y ahora tienen una niña.
Lisa Sparxxx
Enormes tetas y gran coco: Lisa se graduó en producción audiovisual por la universidad Kentucky. Su carrera en el porno dejó huella: se folló a 919 tíos en en la mayor Gang-Bang del mundo hasta la fecha, allá por 2004.
Retirada del follar ante las cámaras, puso sus conocimientos al servicio de su propia red de páginas porno, para la que trabajan otras chicas. Aún actúa ocasionalmente, convertida en una MILF de cierto tonelaje e inmensas tetas.
Crystal Ray
Ray fue una de las presencias habituales del porno desde 2002 y hasta su retiro allá por 2006, más o menos. Lógicamente y por la época en la que le tocó trabajar, acabó haciendo mucho porno duro para Skeeter Kerkove, Anabolic, JM Productions o Red Light. ¡Bendita época! Dicen que era una buena zorra que follaba incluso antes y después de la escena que le tocara, con los técnicos de sonido.
A Ray la retiró del porno su novio, un chaval de 19 años. Los dos se retiron a vivir con la madre del chaval. Siendo ambos adictos al speed, hacían malabares para conseguir su dosis, incluido alguna prostitución ocasional.
En 2010, volvió brevemente al porno, con una escena para Fuckin’ Machines 7. Se la veía bastante desmejorada. Desde entonces no la hemos vuelto a ver, aunque las cosas no pintan bien del todo para ella…
Nikki Jayne
Otras inglesita dispuesta a que los sementales americanos le taladrasen el ano. Con pinta de gemela de Sweet Valley, Nikki consiguió un contrato con Vivid que le apartó de las escenas más duras y le hizo estar en primera división durante un tiempo. E incluso se lió con Ben English, actor porno y director de una de las principales agencias.
Su ruptura con English le hizo querer alejarse de Los Ángeles y de la parte americana del mundillo. Volvió a Inglaterra, y tras un tiempo sin hacer nada, volió al mundo del sexo: hace webcams para la página Elite TV.
Y recordar que aquí tenéis la primera, segunda y tercera entrega. ¡Volveremos!
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