Dicen los entendidos en artes amatorias que las mujeres con sobrepeso son a menudo las mejores amantes, que uno puede ver sus ojos brillar de gratitud y que suelen emplearse a fondo porque no tienen sexo muy a menudo. La apreciación es brutalmente machista y de una condescendencia repugnante, lo reconozco, pero no por ello está carente de sentido. Sin embargo, y aunque también presenta más volumen cárnico de lo que suele verse en esta industria, no creemos que sea ese el caso de la rolliza argentina Selena Castro, que con ese rostro y esas atractivas formas no pasaría desapercibida en ningún sitio. Que se lo pregunten si no a Jules Jordan, quien no dudó en contratarla y pasársela por la piedra personalmente en esta escena de la película Breast Worship #3.
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