El resbalón como excusa, el fallo de cálculo muscular como chispazo que todo lo incendia: en esta escena de Abella Danger como la masajista lesbiana con dificultad para controlar sus impulsos los guionistas de Fantasy Massage no se han estrujado especialmente el cerebro para darle un arranque creíble al asunto y han dejado que sea el descaro absoluto de Abella lo que propulse su escena con Riley Reyes, dos auténticos cuerpazos hijos de su tiempo: los culos como principio y final de todo. Además el asunto se intensifica hasta el punto de llevar a cabo una práctica extrema que el porno americano está empezando a normalizar: el fisting.
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