Muchos somos los que nos identificamos en su día con el niño al que en La teta y la luna Mathilda May le daba de beber un generoso chorro de la leche que exprimía de sus grandes y hermosas tetas. Y es que no solo a los recién nacidos les gusta amorrarse a este tipo de squirting. En el mundo del sexo a esa parafilia se la conoce como lactofilia y hay incluso prostitutas que la ofrecen a sus clientes.
Hoy vamos a ver a una bella asiática con las tetas tan llenas de leche que chorrean sin tocarlas. Como se trata de un vídeo pornográfico, la chica da más muestras de placer que si se la estuviera follando su novio. Luego su compañera de cama le extrae el fluido con un sacaleches y se la ofrece como bebida orgásmica. El minuto 2’00’’ es el más espectacular ya que en ese punto sus tetas parecen las fuentes de Montjuic.
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