Una ristra de hechos completamente probados, irrefutables y en términos absolutos sobre ese par de protuberancias de carne que tantas alegrías nos dan, nuestros siempre amados y admirados pechos femeninos que quizá, y sólo quizá, no figuraban aún en vuestra, seguro, extensísima base de datos mental sobre las tetas y todo lo que las rodea. El resto de la mujer incluido.
10. Existe una ONG que defiende la práctica del topless
Si os hablo de GoTopless.org, probablemente penséis en alguna página web que recoge fotos de señoritas con los pechos al aire, ¿verdad? Pues sí pero no. La dirección que os acabo de dar pertenece a una ONG liderada por el líder sectario Rael que se basa en un precepto con el que todos estaréis de acuerdo: legalizar y permitir que las mujeres vayan en topless en cualquier lugar del mundo y con absoluta naturalidad. Yo ya he firmado, ¿a qué esperáis vosotros?
9. El pecho de la mujer es lo primero que ven los hombres
Algunos decimos que los ojos, otros que los labios o las manos, algunos incluso mencionan el pelo o el tono de piel. Mentira, todo mentira. Un estudio realizado por investigadores de la Victoria University of Wellington, en Nueva Zelanda, concluye que el escote es el primer lugar al que miramos (y al que más tiempo miramos) cuando vemos a una mujer. Eso sí, al menos nos proporcionan una excusa para cuando la mujer en cuestión se sienta ofendida: por lo visto mirar fijamente las tetas de una señora puede mejorar la salud de un hombre y hasta alargarle la vida cuatro años más.
8. Los hombres también pueden amamantar
No todo iba a ser orégano en este campo de pezones. El riesgo de encontrarse con algo desagradable en uno de mis artículos es algo que está siempre ahí y buena prueba de ello es el hecho que destaco a continuación: los hombres, sólo en circunstancias excepcionalmente raras, pueden producir leche con sus glándulas mamarias y con ella amamantar a un bebé. La capacidad masculina de lactar, eso sí, suele venir producida por desajustes hormonales provocados, por ejemplo, por tratamientos específicos contra el cáncer.
7. Unos implantes de silicona podrían salvarte la vida
Hay una mujer en Israel que tomó la mejor decisión de su vida cuando se sometió a una intervención de aumento de pecho allá por 2004. Dos años después tuvo la mala suerte de estar cerca del lugar hacia el que los paramilitares libaneses de Hezbolla dirigieron un ataque con misiles. Parte de la metralla de uno de los artefactos salió despedida hacia la joven de 24 años y le alcanzó en pleno pecho. Casi de milagro, los dos implantes de silicona no sólo habían mejorado su atractivo sino que también habían conseguido detener aquellos letales trozos de metal a escasos centímetros de su corazón.
Algo parecido ocurrió el mismo año en Bulgaria, donde una mujeres de generosos pechos artificiales sufrió un grave accidente de tráfico con otro coche y en el que sólo ella sobrevivió. Según el parte médico, sus implantes de silicona le salvaron de una muerte segura ya que si no hubiesen absorbido el golpe, las lesiones en órganos vitales y la muy probable hemorragia interna habrían hecho imposible sus restitución.
Ya sabéis chicas, tomad nota.
6. La teta izquierda suele ser mayor que la derecha
Aquí estamos hablando de pechos naturales, claro está. El problema es que algunos se han malacostumbrado a la supuesta simetría de los pechos operados o, peor aún, a la perfección casi absoluta impuesta por los retoques fotográficos en las galerías eróticas a lo largo y ancho de la red, y han perdido la perspectiva. Pero lo cierto y lo real es que los pechos rara vez son iguales, y la tendencia suele ser que el pecho izquierdo sea ligeramente más grande que el derecho. Los pezones tampoco se salvan de esta tendencia ya que suelen tener tamaños diferente o apuntar en distintas direcciones.
5. El peso medio de un pecho es de 0,5 kilos
Hay un hecho tan conocido que he supuesto que no hacía falta ponerlo en esta lista, y ese hecho es que los pechos engordan y adelgazan. Pues bien, se dice que el peso medio de una teta es de medio kilogramo (1,1 libras) y que suele contribuir con un 4,5% al peso de la grasa ubicada en todo el cuerpo de la mujer en cuestión, significando además un 1% del peso total.
4. En China puedes sacarte un máster en sostenes
Si vives en China y tienes dinero y tiempo libre, puedes cultivar tus conocimientos sobre un tema que a buen seguro no se te habría ocurrido jamás: los sujetadores o brasieres, como los llamáis en el sur. Y es que en la Universidad Politécnica de Hong Kong ofrece un máster en el estudio del sostén, en el que te enseñan a diseñar y confeccionar estas prendas íntimas tan necesarias para la mujer. Igual hasta os dejan tocar algunas tetas, quién sabe.
3. Los pechos más grandes de Europa están en Reino Unido
Quizá sea por la verdadera mezcla de culturas y étnias diversas en que se ha convertido el archipiélago británico, o quizá sea porque realmente las nativas de la Pérfida Albión tienen un mayor poderío mamario, así sin más. El caso es que la marca alemana de ropa interior Triumph llevó a cabo una pequeña investigación a lo largo y ancho del Viejo Continente que terminó concluyendo que, en efecto, son las británicas ya que la mitad de ella usa un tamaño de copa “D”. Le siguen de cerca Dinamarca y Países Bajos, y no tan de cerca Italia, que a pesar de mi artículo sobre WAGs plagado de italianas pechugonas, quedó última en la lista con las mujeres de pechos más pequeños.
2. Las mujeres de tres pechos existen de verdad
Antes de que algún lumbreras salte y empiece a gritar como un energúmeno que lo de la foto es fake os diré que sí, evidentemente es fake, y pertenece a una famosísima escena de la película Desafío Total, dirigida por Paul Verhoeven y protagonizada por Arnold Schwarzenegger y Michael Ironside en 1990. Una vez aclarado esto, deciros que existe una malformación denominada polimastia que produce exactamente eso: un pecho extra. El problema es que, una vez que la afectada se da cuenta de su problema en algún punto de la pubertad, la susodicha teta de más puede haber brotado en cualquier parte frontal de su cuerpo, no tiene por qué ser entre teta y teta.
1. Las tetas son cada vez más grandes
Quizá estemos ante el hecho probado más esperanzador, por encima del fin de la recesión mundial o la eventual vacuna contra alguna pandemia imparable. Aquí estamos hablando de algo muy serio, caballeros, y es que unos científicos ingleses han llevado a cabo un estudio sobre el tamaño del pecho en cada generación y han llegado a la conclusión de que las mujeres cada vez tienen el pecho más grande. No se sabe muy bien la razón por la que ocurre esto tan maravilloso y bello, pero es muy probable que tenga algo que ver con el estilo de vida actual, las dietas que seguimos o el escaso ejercicio físico que practicamos. O quizá Nuestro Señor realmente existe, nos ama y nos está haciendo un magnífico regalo. ¡Gloria!
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